1. Amancio Amorós Sirvent Agullent (Valencia), 1854; Sant Cugat del Vallès (Barcelona), 1925. Compositor y profesor. Comenzó sus estudios musicales con el padre Pedro García, agustino, organista de la parroquia de Cocentaina, donde era sacerdote su tío, José Amorós, y sustituyó, a los dos años, a su maestro como organista. Al trasladarse su familia a Valencia, continuó estudios de piano con Roberto Segura, armonía con Antonio Marco, y completó sus estudios con Justo Fuster. Estudió composición con José Úbeda y Salvador Giner. En Valencia adquirió fama como pianista acompañante por su facilidad para repentizar, lo que ocasionó que fuese requerido habitualmente para participar en conciertos que se verificaban a breve plazo. Por su presencia en estos conciertos, celebrados a menudo en casas aristocráticas, se convirtió en el profesor predilecto de las gentes acomodadas de la ciudad. El estreno de su zarzuela Los dos esclavos le proporcionó su éxito más importante en el campo profano. Su labor en el terreno religioso se realizó en la capilla de las Adoratrices de Valencia, de la que fue maestro director, dirigiendo obras sacras de Beethoven, Gounod, Saint-Saëns, Guillman, Perossi, Bach, y de los españoles Ripollés, Pedrell, Plasencia, Chulvi, Daniel o Almagro, junto a sus propias composiciones. Todas estas interpretaciones fueron favorablemente acogidas por los compositores locales, quienes dijeron que “aquí es el único sitio donde se ejecutan las obras como las sentimos”. La prensa musical nacional recogió la interpretación que se llevó a cabo en ese convento, en mayo de 1890, de las Siete palabras, compuestas por Amorós, Chulvi, Plasencia, Ximenes, Soriano, Fornet y Giner, respectivamente, afirmando La Ilustración Musical Hispano-Americana: “El Sr. Amorós puede estar orgulloso del gran partido que ha sacado de las jóvenes educandas, lo cual representa un trabajo ímprobo y largo, así como las religiosas del citado convento que cuentan con un profesor de tanta valía. Asimismo ha demostrado el Sr. Amorós estar animado de los mejores deseos en pro del profesorado a quienes ha confiado el encargo de escribir estas composiciones, que han sido correspondidas por aquéllos, demostrando así el compañerismo que reina entre todos”. En 1890 obtuvo el segundo accésit al Premio de la Junta y Claustro de Profesores convocado con motivo de celebrarse el décimo aniversario del Conservatorio de Valencia.