Términos usados dentro del género chico para referirse, respectivamente, a la claque, pagada para aplaudir, y a los que tenían como función lo contrario, es decir, rechazar ruidosamente la obra. La costumbre de manifestar el desagrado en el teatro es muy antigua. Pellicer la encuentra en el teatro del s. XVII: “Hay en Madrid dos sitios o salas que llaman corrales, que nunca se vacían de mercaderes y artesanos y éstos son los que deciden si la comedia es buena o mala y la causa de que la silban o aplauden y los que están a uno y otro lado como en fila, como haciendo la salva, son llamados mosqueteros”. En diversas disposiciones legales sobre los teatros españoles se legisló acerca de la compostura que se debía guardar en ellos, prohibiendo: “Que los concurrentes a dichos coliseos usen de movimientos, gritos y palabras que pueden ofender la decencia”. Las ordenanzas de Barcelona de 1857 determinan parecidas prohibiciones. No obstante, esta costumbre tuvo arraigo a...