I. INTRODUCCIÓN #grafico11 {height: auto;width: 40%;display: block;visibility: inherit;position: relative;z-index: 10;} #grafico11 .graficoimg img {width: 100%;height: auto;display: block;} .botoncito img{height: 15px;width: 15px;} Variante tipológica Ya desde el s. XVIII se crearon las bases para que se iniciara un proceso de consolidación y síntesis de rasgos musicales propios, que alcanza su culminación hacia principios del s. XIX, momento a partir del cual se habla de la presencia de las primeras formaciones tímbrico-sonoras de las que se tiene referencia y se intenta reconstruir el desarrollo evolutivo de cada una de ellas. Así es como se definen los primeros agrupamientos como tipologías consolidadas y se infieren sus posibles variantes, de lo que resultan los primeros núcleos organofónicos que dan lugar a otros encadenados a éstos. Estos encadenamientos, a los que se denomina ciclos evolutivos, se producen como consecuencia del establecimiento en el agrupamiento tímbrico de una variante tipológica, cuyo resultado propone una nueva tipología. Entender este proceso presupone definir algunas consideraciones teóricas fundamentales, entre las que son capitales los conceptos de tipología y variante tipológica como entidades organofónicas y los elementos o grupos de elementos que las conforman, así como las funciones vocales y/o instrumentales específicas y las funciones musicales vinculadas al concepto de franjas tímbricas. A efectos de definir distintas tipologías y variantes tipológicas organofónicas en el ámbito de la música popular cubana bailable, no se han tenido en cuenta la composición ni las características tímbricas vocales, por considerarlas limitadas a un ámbito estrecho de fuertes semejanzas, tanto en número como en tesituras y en timbres.