I. HISTORIA DE LA ACÚSTICA MUSICAL Los dos tratadistas y músicos españoles Bartolomé Ramos de Pareja y Francisco Salinas contribuyeron a la formación de la escuela musical europea en el s. XVI revisando la teoría grecolatina de la escala y la consonancia transmitida a través del tratado de Boecio. Según León Tello (1982), la práctica musical en la Edad Media sólo atribuía la consonancia perfecta a la octava, cuarta y quinta. Ramos de Pareja encuentra la relación numérica de la tercera mayor y menor, sexta mayor y menor, en los términos 5/4, 6/5, 5/3 y 8/5 respectivamente. Al ser relaciones sencillas, les atribuía una consonancia semejante a la de la quinta y octava. Salinas partía de la octava como la unidad natural de la escala en vez del tetracordo. Del mismo modo que de la octava se obtenía por división la quinta (3/2) y la cuarta (4/3), de la quinta se obtenía una tercera mayor (5/4) más una tercera menor (6/5), y de la tercera mayor se obtenía el tono mayor (9/8) y el menor (10/9). Con estos autores terminaba la disociación secular entre la práctica musical y la teoría acústica. La división de la octava en intervalos más pequeños que el tono menor, el semitono mayor 16/15 y menor 25/24, ampliaba la riqueza melódica, pero introducía también dificultades en la afinación de los instrumentos. Se atribuye a Ramos de Pareja la invención de la escala temperada, que dividía la octava en doce intervalos iguales de una manera científica. Fue Salinas quien se dio cuenta de que esta división se regía por el concepto de diferencia de frecuencias, atribuido a Anaxágoras, en vez de hacerlo por el concepto de cociente atribuido a Pitágoras, como ha demostrado Goldáraz Gaínza (1989). Se pueden citar otros tratadistas españoles del s. XVI que contribuyeron a crear el sistema teórico adecuado a la práctica musical de su época (Lorente, 1994).